miércoles, 17 de noviembre de 2021

Semana 16

 12/11/2021

¿El final?

No puedo no escribir. Menos cuando esto ha significado tanto para mí y me cuesta despedirme. Aún no puedo creer que ya hayan pasado dieciséis semanas desde que esta aventura comenzó. El tiempo ha pasado tan rápido, como en un abrir y cerrar de ojos, pero mucho ha cambiado por aquí.

Este semestre fue rarísimo para mí. Viví una montaña rusa o una fine line, pero como canta Harry Styles (2019, 4m36s), we’ll be alright. Académicamente hablando, no fue mi semestre favorito; ya había escrito por aquí que solo estoy viendo una materia de mi énfasis y el resto no me emociona, menos la clase donde tenemos que ver numeritos y yo termino con canas verdes. Como sea que se haya dado todo, debo decir que este espacio sí fue de provecho para mí, sin duda alguna, me ayudó a crecer.

La clase de hoy fue rara. Empezamos con el ritual de las exposiciones. Hoy hablaron sobre las referencias, las fuentes y un montón de datos para no fallar con el correcto uso del estilo APA. Hicimos un ejercicio en Kahoot, no supe quién ganó el premio final, pero sí les voy a contar un dato curioso. Resulta que la última pregunta era si habíamos aprendido algo, yo respondí «¿Qué?». ¡No lo pude evitar! Es que la única opción afirmativa decía «Si» y entre tildes hay diferencias. Empezamos con el ritual de las exposiciones, pero terminamos con los preparativos de nuestra despedida. Confieso que me dieron ganas de llorar.

Desde que Sebastián nos contó de qué trataría este ejercicio final empecé a pensar en lo que quería decir. Tal vez sea mucho, pero sigo pensando en la clase de hoy y si esta será mi última vez escribiendo por aquí.

Creo que sería bueno empezar contando lo sorprendida que me tiene la dinámica de la clase. Varias veces comenté que todo se conectaba y que cada tema que veíamos tenía un enlace. Sé que nada de eso fue gratis. Gracias, Sebastián, por preparar cada clase con esmero, pensando en grande y en nuestro bien. Yo noté que los viernes tenían algo especial, las dos horas en que nos veíamos nunca fueron en vano. Me parece que más que un trabajo, fue un acto de servicio y amor.

Yo sé que ya he mencionado que en el colegio nos lavaron la cabeza con eso de «En todo amar y servir» (qué bueno que lo hicieron), y me parece que eso sucedió en la clase; aprendimos y nos enseñaron con amor, incluso se nos dijo cómo evitar sanciones académicas y legales.  Profe, dime que sí disfrutaste todo ja, ja, ja. Así lo parecía. Gracias por amarnos, incluso cuando es difícil y ya no soportas a tus graciosos alumnos.

Esto debería ser una autoevaluación, aunque no parece. Tal vez no lo sea. Tal vez sí. Mentira, creo que no. No sé, sorry. Lo que sí sé es que este blog conoce mucho de mí y me ha visto crecer. Esta clase ha sido como una semilla para mi proceso y sé que veré fruto. Gracias por eso. Ahora, en cuanto a notas y numeritos (que ya me tienen cansada), estoy sufriendo un pequeño episodio Dunning-Kruger. Creo haber trabajo bien. Yo me siento a gusto con lo que hice y lo que aprendí… y sigo dando largas. En el video diré mi nota (porque obviamente habrá video, escribo como ñapa y porque qué triste no escribir). ¿Se imaginan que en el video se me olvide decir mi nota? JA, JA, JA NOOO. Bueno, ya. Me voy a grabar.

Gracias por leerme, incluso cuando parecía que solo escribía sobre cosas que solo tenían sentido en mi cabeza. Aquí les regalé un poquito de mí. Ahora es tiempo de hablarles.

Video

Datos curiosos del video:

·       ¡No es el original! Hay un 46 minutes version. Sí, a lo Taylor Swift.

·       ¿Qué tiene la otra versión? El aniversario de 1D, datos secretos de la segunda bitácora, sospechas de clase, más citas de Benito Taibo, reflexiones sobre la autoevaluación, datos de TuBoleta, promoción de Persona normal, aviones y muchas risas.

Referencias

Styles, H. (2019). Fine Line [Canción]. En Fine Line. Columbia Records.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Semana 15

05/11/2021

¡No hagas el oso!

Desde el colegio sé que hacer plagio está mal, sin embargo, en la universidad me di cuenta de lo grave que es. En primer semestre nos explicaron cómo usar el estilo que brinda APA para citar y no robarle el crédito a los autores, pero este tema me generó más interés cuando entré al énfasis editorial.

En tercer semestre vi Propiedad intelectual, como era una materia editorial, la mayoría de los ejemplos, casos y ejercicios estaban relacionados con libros. Eso me ayudó un montón, pues así pude entender la importancia de los derechos de autor y el respeto que les debemos a ellos. Puede que el proceso editorial se diferencie un poco de la publicación académica y el uso de APA, pero ambos tienen un gran trabajo detrás de escena. Yo sé que la piratería es un tema complicado, pero me llena de coraje pensar en que el nombre del autor y el trabajo de toda la editorial esté siendo pisoteado.

Por otro lado, me asusta pensar que este ejercicio de plagio está tan normalizado. No es extraño ver que en redes haya videos facilistas en donde recomiendan hacer un parafraseo y te digan que es suficiente con cambiar las palabras para que el contenido pase como propio. No es raro que existan páginas para hacer ensayos y ahorrarse el trabajo de lectoescritura. Nos han dicho que la mediocridad no está mal, que plagiar es grave solo cuando se dan cuenta y ¿quién se va a dar cuenta?

De los ejemplos de clase me di cuenta de que es mucho el descaro. Yo sé que a veces no dan ganas de escribir, pero qué tan perdido tiene que estar uno como para literalmente copiar, pegar y llevarse el crédito. En uno de los escritos el estudiante se encargó de desarrollar el concepto que da un autor sobre un tema. Con mi grupo notamos fácilmente que no había citado bien, por lo tanto, estaba incurriendo en un error. Al momento de buscar la cita que el estudiante puso, nos dimos cuenta de que no había puesto año ni página ni nada, porque había copiado la frase de manera literal. Es decir, tomen este ejemplo: “Benito Taibo dice que le gusta comer tacos y está escribiendo un libro de cocina”. ¿En dónde dijo eso Benito Taibo? ¿Cuándo lo dijo? ¡Hay que buscar en Internet! Copiamos y pegamos esa frase, ¡oh, sorpresa! Está literal en Wikipedia en la sección de tacos. El nivel de descaro es así de grande.

Wikipedia es una cita compleja. Muchos desconfían de esta plataforma, pero no está tan mal como parece. Me recuerda a la cita prohibida (cita de una cita) porque cada artículo en esta gran enciclopedia virtual debe estar justificado por distintas fuentes. Cuando vi Historia de las publicaciones, uno de nuestros trabajos fue preparar un artículo para publicar en Wikipedia. Yo escribí el perfil de María Helena Uribe de Estrada, y para que aceptaran la entrada, primero verificaron que toda la información fuera veraz. Usé distintas fuentes en las referencié allí. Aquí les doy un consejo: en Wikipedia encontramos información resumida e importante, pero no se ve muy bien dentro de las referencias; ¿qué van a hacer? Buscar la fuente primaria. Así como la cita prohibida. No cuesta nada buscar un poquito más. Vale la pena 100 %.

Creo que plagiar dice mucho de nosotros. Demuestra pereza, irrespeto, ignorancia y falta de preparación. “La originalidad de un texto es muy importante y es una muestra de que es el resultado de un trabajo previo y un aporte al conocimiento en la materia tratada” (Jiménez, 2016).

El plagio implica muchas cosas, tanto para la vida académica como para la vida personal. Académicamente hablando, uno termina haciendo el oso. Además, vienen repercusiones duras: hay sanciones legales y dentro de la universidad. ¿Todo eso vale la pena? ¡Definitivamente no!

En cuanto a las implicaciones personales, me parece que es como quedarse estancado. Es decir, si no me esfuerzo por citar, dar crédito a los demás y crear contenido original, es como si no estuviera haciendo nada. Es increíble cómo uno mismo puede sabotearse. Yo no quiero eso para mi vida, no me agrada la idea de ser mi propia enemiga. Adicionalmente, sé que mi identidad está configurada con un diseño original y tengo que honrar eso.

Muchos pueden pensar que es fácil decir «voy a ser original», pero llevarlo a la práctica no es algo completamente automático. Es cierto. No voy a descubrir nuevas formas de crear electricidad (¿se dice así?) ni voy a escribir Don Quijote. Sin embargo, cada uno de nosotros tenemos una manera de contar las cosas. Hemos sido creados de una forma maravillosa, única e inigualable. No tenemos menos credibilidad si citamos a otros autores. De hecho, ganamos más autoridad si nos remitimos a quien ya la tiene.

Debo decir que agradezco tener estos momentos de aprendizaje, porque a veces obviamos lo obvio. En el colegio te dicen «pon referencias», «¿a quién le pertenece esa idea?» y muchas otras cosas más, pero nunca te explican lo grave que es plagiar ni la gran falta de respeto que esto representa para la comunidad. Poder reflexionar me hace entender mejor por qué hago las cosas. Como ya lo he escrito varias veces durante este semestre, ¡no vivamos en piloto automático! Es momento de tomar las riendas del avión, aprender a pilotear la vida (por muy chistoso y ñero que suene ja, ja, ja) y disfrutar cada camino que se nos presente. Vamos con un corazón dispuesto. No se imaginan todas las cosas buenas que pueden suceder. Gracias infinitas.

Referencias

Jiménez Patiño, H. (2016). Plagio y “auto-plagio”. Una reflexión. Revista de Historia Regional y Local 8 (16). https://www.redalyc.org/jatsRepo/3458/345846225009/html/index.html

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Semana 14

29/10/2021

Fechas esperadas y curiosidades

O en donde Valentina no sabe qué está escribiendo

¡Por fin es 29 de octubre! Me desperté animada porque (como ya les había escrito por aquí) hoy fue el lanzamiento de =, el nuevo álbum de Ed Sheeran. No fue el único en lanzar música, también estuvo el nuevo sencillo de Camila Cabello y el álbum de navidad de Pentatonix. Eso me hizo muy feliz. Extrañaba la música de Ed y volverlo a escuchar me hizo sentir calor en el corazón, además, me transportó a su concierto en 2017. En cuanto a Pentatonix, no es Navidad si no escucho su música (la excepción fue en 2019 porque en diciembre salió Fine Line). ¿Qué tiene que ver esto con la clase? Nada. Tal vez que escuché la mitad del nuevo álbum de Ed antes de que fueran las 11 de la mañana.

En la clase de hoy tuvimos otra exposición. Es curioso cómo son temas conocidos, pero siempre se aprende algo nuevo. Hablamos de citación y lo fácil que es caer en plagio. Lo que más me llamó la atención fue los borradores de manuscritos se pueden citar. Eso me hizo pensar un montón. ¿Recuerdan el poema matemático del que escribí en la bitácora pasada? Yo tengo el borrador, pero no encontraría correcto publicar un fragmento de él, no cuando ni siquiera hemos hecho el lanzamiento formal. Creo que uno debe ser cuidadoso cuando se trata de manuscritos (y en general con lo que los demás producen). Aunque sí dé créditos con citas y referencias, yo diría que lo mejor es hablar con el autor. Imagino que hay cierta confianza como para tener acceso a su manuscrito.

Por otro lado, me llamó la atención que en un momento de la exposición mencionaron los “cuatro puntos”, como los suspensivos, pero sin ser esos. Eso me sonó extraño, así que no dudé en buscar. La Fundéu (2014) tiene un artículo sobre esto, dice así:

Los puntos suspensivos son tres y nada más que tres, aunque en las ortografías académicas antiguas este signo estuviera formado por un número indefinido de puntos… Cuando los puntos suspensivos siguen a una abreviatura, se mantienen los cuatro puntos, el abreviativo y los tres suspensivos («Ha citado abreviaturas como a., com., pág.…»).

Como pueden ver, los cuatro puntos no se clasifican dentro de los suspensivos, aunque su grafía sí existe. Tal vez esto les recuerde un poco a la semana doce, allí les hablé un poco sobre lo que recomienda la RAE en comparación con el manual APA. Sé que el manual tiene una naturaleza académica, pero creo que prefiero quedarme con la que dice la RAE. Sí, con comillas españolas y el veintidós.

Si recuerdan bien, había otra razón para esperar esta fecha. Les había mencionado que hoy era el plazo para retirar materias. Lo dije como una fecha para tener en cuenta, pero confieso que a mí me motivaba para saber si me despedía o no de una de mis clases.

El día que inscribí materias no fue los mejores de este año. Estaba enferma y solo pensaba en que todo quedara tal y como había planeado. Por supuesto, no fue así. Terminé metiendo una materia a la loca, aunque sí me ayuda a cumplir con los créditos de uno de los ejes. La clase se desarrolla los viernes y me ha dado mucho de qué hablar. Tuvimos un cambio de profesores, un triste trabajo sin presentar (triste porque sobre los registros de la música que escuchamos en cierto período de tiempo y repito: no fueron mis mejores días), cambio de temas y un saludo a la estadística.

«¿Será que sabe que todo estudiamos comunicación?» pensé cuando la temática de la clase cambió y la profe empezó a hablar de números y fórmulas. Cuando dejó el primer taller pensé en retirar materia. Me estresé por el drama que armé. Decidí que esperaría hasta el 29 de octubre para tomar una decisión. Creo que eso era solo para darme ánimos, porque si soy sincera, yo no tengo corazón para retirar materias.

Toda esta historia porque Sebastián dijo que algunos profesores usaban el miedo como estrategia: la gente retira y ellos se quedan un grupo más pequeño para dar clase. Me recordó a mi primer semestre, cómo todos estábamos aterrados con un profesor, pero todo resultó bien al final. Yo soy decidida con muchas cosas, me lanzo cuando es necesario, pero no sería capaz de retirar una materia. No si es completamente necesario. Me resulta difícil renunciar, en especial cuando sé que aún puedo hacer cosas para mejorar, cuando sé que puedo dar mucho más de mí y poner un verdadero esfuerzo. Puedo bromear un montón sobre eso y hacer dramas, pero no, no sería capaz.

Pienso que al final uno se lleva sorpresas. De la materia de primer semestre aprendí más de mí. En mi vida académica he tenido muchos arrebatos y por fortuna me doy cuenta de que le tengo que bajar un tris a la exageración. Además, no todo se puede hacer exactamente como yo quiero. Con la materia esa de los viernes (esa porque le da un toque… todo bien con la clase), he aprendido sobre disposición. Como les conté la semana pasada, estos meses he visto muchos números. Es extraño, pero me ha ayudado. Por ejemplo, hace unos días nos explicaron algo que justo sabía de memoria gracias a los talleres de estadística. La vida es graciosa. Tiene un humor peculiar.

Creo que eso será todo por hoy. Lo siento. Mi intertextualidad se quedó pensado en la relación entre una canción de One Direction y la escena de una novela colombiana. Estoy cansada. Nos leemos después.

Referencias

Fundéu RAE. (2014, 17 de junio). puntos suspensivos, claves para un uso adecuado.

https://www.fundeu.es/recomendacion/puntos-suspensivos-claves-para-un-uso-adecuado/

martes, 26 de octubre de 2021

Semana 13

 22/10/2021

Números y más números

No tengo ganas de escribir, por lo menos no una bitácora. Siento que no tengo nada por comentar sobre la clase, pero eso sería una gran mentira. Uno siempre tiene algo que decir, incluso algo pequeño, algo que tal vez ni siquiera tenga una relación grande con el tema central. Ideas siempre hay. Una idea que me persigue desde hace días es la de la ficción, escribirla, digo.

La clase empezó algo tarde. Fue extraño. Sin embargo, utilicé esos minutos para cantar a todo pulmón algo de mis listas de reproducción. Ese viernes leímos dos bitácoras. Me sentí identificada con la de Astrid por declararse obsesionada con la ortografía. No sé si llamaría a lo mío como una «obsesión», sé que me hace ruido ver una palabra mal escrita, la corrijo en mi mente y pienso que la embarraron al publicar eso tan mal hecho. Algunas veces comento con mi mamá esos errores y ella solo me dice que deje de criticar. Escuchar la bitácora de Astrid me hizo sentir acompañada. Creo que es más que una crítica suelta, yo diría que es reconocer un error. No es algo que comente como para que alguien se sienta mal. Jamás pensaría hacer eso.

Confieso que algunas veces me asusta ese sentimiento. Reconoces un error (sobre todo de tipo ortográfico) y te señalan de engreído, criticón o aguafiestas. He llegado a pensar que estoy mal, pero ahora no lo creo. La buena escritura es una preocupación real. No estoy obsesionada y no me creo más que nadie. El principio de todo esto es tener una buena comunicación. Frente al tema, de la Rosa Santillana afirma (s.f.) “Para comunicarnos eficazmente, es necesario elaborar mensajes de manera correcta y comprensible, por ello escribir bien evitará malinterpretaciones en lo que queremos decir. Una palabra mal escrita puede cambiar el sentido a lo que se quiere expresar”. Sí, no estoy sola. Además, no se trata de mí o sobre lo que yo piense, es sobre una comunicación eficaz. Yo también me equivoco y estoy dispuesta a aprender.

Creo que la disposición es muy importante en cualquier aspecto de la vida. Un corazón dispuesto alegra cualquier camino y hace que todo parezca más sencillo. Por ejemplo, este semestre la estadística me persigue, así que entre mis quejas y un gran drama, decidí disponerme con la mejor actitud para aprender. No es fácil, no voy a mentir. Es una decisión de todos los días.

Les digo, quise tirar la toalla cuando me di cuenta de que dentro de la explicación del uso de tablas y figuras había contenido de estadística. «¿Es broma?» pensé. La verdad, echarme para atrás no era una opción real, sobre todo porque ya había hablado con Cata y justo planeamos una reunión para organizar la exposición. Sé que algunas veces armo mi propio drama, después de eso y toda una crisis, decidí que lo haría con disposición.

Por otro lado, quiero comentar que estuve leyendo un capítulo sobre estadística para mi clase de Investigación de Mercados. En gran parte del texto el autor se encargó de explicar los conceptos básicos como población, muestra, variables, parámetros, estadísticos, lo descriptivo y lo inferencial. No obstante, hubo algo que me llamó bastante la atención, el constante llamado a utilizar la estadística y el pensamiento de que conocer esta ciencia te hace mejor profesional. Dicen que “los hombres y las mujeres de negocios, en su eterna búsqueda de la rentabilidad, consideran que la estadística es esencial en el proceso de toma de decisiones” (Webster, 2000). Parece que en el libro los hombre y mujeres de negocios son todos aquellos que trabajan.

La estadística sirve para tomar decisiones y resolver problemas. Eso lo entiendo. Tiene sentido para mí. Webster (2000) también menciona que el mundo laboral paga más a quienes saben hacer preguntas que llevan a un objetivo. Creo que para hacer esas preguntas la estadística no es 100 % necesaria, pues recordé el ejercicio del metamodelo y cómo sí hay preguntas que abren puertas. En cuanto a las decisiones por tomar, sé que las estadísticas ayudan a entender un montón de factores del mundo real, son útiles y no se pueden dejar de usar. Sin embargo, soy fiel creyente de que hay decisiones que no se pueden tomar con los numeritos como guía.

Hay momentos en donde uno tiene que hacer lo que el corazón diga, eso que dé paz y que se sienta seguro. Mientras escribía eso, llegó a mí un relámpago con una frase de uno de mis libros favoritos, dice así: “Porque el amor es eso, una intuición, un relámpago en medio de la noche, una corazonada que puede salir bien o mal, pero al que nunca puedes quedar a deber porque no te atreviste a dar el paso necesario” (Taibo, 2016).

La estadística no está para definir esas decisiones como el amor. No sabe de amar… o tal vez sí. Hace unos días, en mi taller de poesía leí una prosa poética sobre el amor y las matemáticas. Fue precioso. Me gustó saber que un ingeniero construyó una metáfora tan linda con factoriales, sumas y restas. Les compartiría un verso por aquí, pero aún no está publicado. Los poemas de este ciclo saldrán a la luz la primera semana de noviembre. Les pondré aquí el vínculo para que lean un rato. Todos los poemas son increíbles.

Supongo que llegamos al punto en donde todo se conecta con todo. La matemática se une con la poesía, y mi exposición del capítulo siete del estilo APA se conecta con Benito Taibo. Por eso hay colores para todos los gustos y uno tiene que saber un poquito del mundo. Sí, incluso lo básico de estadística y matemáticas. Así no nos complicamos tanto en la vida. En conclusión, estar dispuesto es de las cosas más importantes de la vida. Estar dispuesto a aprender, equivocarse y tomar decisiones con el corazón.

Referencias

De la Rosa Santillana, N. (s.f.). La importancia de la Ortografía en la Producción de Textos. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. https://www.uaeh.edu.mx/scige/boletin/prepa4/n5/e2.html#refe1

Taibo, B. (2016). Corazonadas. (Primera edición). Editorial Planeta: sello Destino.

Webster, A. (2000). Estadística aplicada a los negocios y la economía. (Tercera edición). Irwin Mcgraw Hill.

-Valentina Sandoval Pineda

martes, 19 de octubre de 2021

Semana 12

15/10/2021

Diferentes modos de ser

Esto será rápido. Es una reivindicación de las comillas españolas. Yo creo que en uso. La RAE recomienda su uso y casi todo Bookstagram Colombia las usa. Sé que no son fáciles de usar en los teclados, pero son bellísimas («»). No las dejemos morir.

En APA y la escritura académica recomiendan escribir con letras los números del cero hasta el quince. Pues el veintidós tiene una preciosa.

Todo esto para decir que hay manuales diferentes, así como propósitos de escritura. Hay reglas que se pueden romper, por eso la necesidad de conocerlas.

Eso es todo por hoy.


Taller - semana 12

15/10/2021

Estudiar en la universidad y aprender a ser

Escoger una carrera es una decisión complicada. Enfrentarse a ella trae bastantes dudas y aqueja el futuro. Recuerdo que yo creía tener clara la elección de mi carrera. De pequeña decía que quería estudiar medicina y ser pediatra, sin embargo, eso cambió cuando cumplí quince y me di cuenta de que realmente era una carrera que no tenía mucho que ver conmigo, además, la salida laboral no se ajustaba con la idea de mis planes.

No puedo negar que entré en una gran crisis. El tiempo pasaba demasiado rápido y yo no tenía idea de lo que iba a ser de mí. Lo mejor que pude hacer fue levantar la mano y pedir ayuda. Vero, mi líder de ese entonces, me dijo que la carrera que estudiamos no define nuestro propósito o cómo será nuestra vida, de alguna manera, eso concuerda con lo que dijo Freddy Vega (2018) en su video, es necesario pensar en el gran esquema de las cosas.

Empecé un proceso largo. Tuve que recordar qué me que me gustaba de pequeña, pensé en cuáles eran mis sueños y cómo no quería que fuera mi futuro. Poco a poco, todo tomó sentido. Busqué carreras afines a lo a mi proyección y encontré la comunicación social.

En el video titulado La carrera que estudies determinará tu empleo, decían, Freddy (2018) expresa que la idea de estudiar en la universidad es poder diseñar la carrera para ir más allá, sobre todo porque todos necesitamos adaptarnos a lo nuevo y poder innovar. Algo que yo disfruto de mi universidad es la libertad que nos dan para crear nuestro camino profesional. Más allá de eso, me gusta pensar en mí, en Valentina Sandoval y lo que ella puede hacer con lo que aprende en cada clase.

Como lo mencioné anteriormente, lo que Vero me dijo una vez cambió mi manera de ver el mundo. Escoger una carrera sí es una gran decisión, pero no tan grande como estropear propósitos o determinar empleos. La verdad, la vida da muchas vueltas, así como cada persona se enfrenta con una gran variedad de cambios… El futuro termina siendo incierto. Por eso la importancia de tener una visión más amplia de las cosas, no se trata de enfocarse en una carrera y hacer exactamente eso que se espera. En mi caso, no se trata de estudiar comunicación social para ser periodista, o como decía mi tío, estudiar para salir en televisión; la vida es mucho más que estudiar muchos años para terminar haciendo lo que el mundo dicta. Siempre hay diferentes posibilidades de actuar. Cada persona es diferente y está en esta tierra por una razón específica. En realidad, esto se trata de diseñar caminos.

Yo sí he aprendido en la universidad. Creo que lo mejor que puedo hacer es poner en práctica los conocimientos que comparten mis profesores. Del mundo editorial trato de llevar lo de las clases a mis proyectos, así es como aprendo y crezco al mismo tiempo. Es primordial tener una visión, pensar en grande y saber que con cada paso se construye ese gran camino. Además de los saberes teóricos y prácticos de una disciplina, la universidad también es para vivir y enfrentarse a un nuevo mundo, diferente a la burbuja que tal vez llega a surgir en el colegio.

Mi universidad tiene una visión interesante sobre la educación, pues al ser jesuita, plantea una formación integral. En mi colegio también pude experimentar eso, incluso más a fondo, porque nos explicaban sobre las dimensiones humanas y cómo debemos alimentar cada parte de nosotros, esto para el servicio y la excelencia. El padre Pedro Arrupe (1980) señaló cuatro notas que deben estar presentes en la educación integral: “Doy aquí por supuestos los aspectos académicos y educativos. Mi atención se fija en otros aspectos de la formación integral que debemos dar a nuestros alumnos” (p. 4). Él se refiere a la formación de personas de servicio, personas nuevas y con una vida coherente, personas abiertas al crecimiento personal y al mundo cambiante, y personas equilibradas.

Más allá de la creencia de las personas, si comulgan o no con la espiritualidad ignaciana, creo que es bueno adoptar una visión integral del proceso educativo y personal. Como lo dije antes, no estudio para cumplir con las expectativas de los demás. Estudio por mí, porque quiero ser luz y poder servir con lo que hago. Freddy también expresó que es buena idea seguir en la universidad si se tienen planes mejores de los que se hacen mientras uno estudia. En mi caso, no tengo dudas. Todo va a estar bien.

Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos (Nueva Traducción Viviente, 2010, Isaías 55:8-9).

Por otro lado, la educación integral se relaciona con la intersección de conocimientos. El mundo está en constante cambio y las personas necesitan adaptarse, conocer sobre lo nuevo e innovar. Así se crean mejores profesionales, pero no necesariamente mejores personas. Eso lo sabe muy bien el tío Paco, un personaje de Benito Taibo (2017)


Cada canción, cada sueño, cada encuentro fortuito o premeditado, cada película vista, cada libro leído te hace una persona diferente, te determinan. Eso es lo que se llama una «educación sentimental» (…) En la escuela te enseñan cómo ser ingeniero, médico, historiador, abogado, arqueólogo. La educación sentimental te hace ser persona. No sirve de nada tener buenos historiadores o arquitectos, si antes no son buenas personas. Hay que encontrar un equilibrio entre una y la otra (p.90).

Ahora bien, el aprendizaje no se trata únicamente de conocimientos teóricos, va mucho más allá. El aprendizaje está en las experiencias, en la cultura, en las relaciones… en cualquier situación se puede aprender algo nuevo. Mi carrera no define el rumbo de mi vida, tampoco mi empleo. Eso lo defino yo, mientras tanto, voy diseñando mi camino.

El nuevo contrato social de educación plantea dedicar la vida al aprendizaje. Mi conclusión es que el aprendizaje se puede encontrar en cualquier lugar, y que la vida no se trata de cumplir las expectativas de los demás, se trata de ser uno mismo.

Referencias

Arrupe, P, S.J. (1980, 13 de septiembre). Nuestros colegios: hoy y mañana. Alocución del R. P. Pedro Arrupe S.J. en la Clausura del Simposio sobre Educación en Centros de 2ª Enseñanza.

Taibo, B. (2017). Persona normal. (Primera edición). Editorial Planeta: sello Destino.

Santa Biblia, Nueva Versión Internacional. (2010). https://www.tyndale.com/sites/ntv/

Vega, F. (Platzi). (2018). La carrera que estudies determinará tu empleo, decían. [Video]. YouTube. https://youtu.be/lzGvggvdDfA


jueves, 14 de octubre de 2021

Semana 11

 08/10/2021

Sobre las palabras

Hay personas que ya no se sienten emocionadas por escribir bitácoras, los entiendo. Yo sigo escribiendo sin saber muy bien por qué, lo que sí tengo claro es que ya no pienso tanto en la clase, en las citas que voy a poner o en que me vayan a leer. Creo que se trata más de mi mundo interno, lo que sucede en mi cabeza todos los viernes de once a una. Por eso no escribo aquí de manera académica, porque mi discurso real no sabe de seriedad. Solo soy yo escribiendo de la manera más transparente que puedo.

Como estoy siendo honesta, debo confesar que me asustó un poco todo el asunto con los resúmenes. Ver una corrección en vivo y en directo me llevó a pensar en lo que yo hice, creo que no es 100 % bueno, mis títulos no ayudan mucho que digamos, y creo que las palabras clave tampoco fueron las mejores (en mi defensa, las pensé mejor que en el colegio); creo que, a grandes rasgos, no estuvo mal. Ya veremos. Ojalá no me lleve una decepción, así como en el colegio con Matemáticas o como en Investigación de Mercados… este semestre (aunque tengo grandes desacuerdos al respecto).

De la clase (entre las explicaciones de los expositores y el profe) aprendí más sobre la escritura académica. Creo que lo que más me marcó fue reconocer que sí tiene relevancia y un propósito. Yo sé, suena evidente, pero no lo había pensado. Resulta relevante por la comunicación de ideas sobre un tema especializado; es como un tutorial de YouTube, ya saben, los hay de todos los temas. El propósito de la escritura académica es honorable, bueno e importante, ¿cuánto hemos aprendido de lo que se ha publicado?

Entonces, en esta clase hablamos de transiciones, cadenas de sustantivos, tono, contradicciones, coloquialismos, jerga, antropomorfismos, tiempos verbales, humor, condiciones entre sujeto y verbo, editorial nosotros y estrategias para mejorar la escritura. Todo encaminado en la parte académica de lo escrito. La verdad, es bastante información. No es complicada, sin embargo, para eso están los manuales. Como ya lo he expresado anteriormente, no se trata de vivir en piloto automático. Siempre hay oportunidades para consultar, equivocarse y aprender. Eso me gusta. También lo mencionamos en clase de Corrección, no porque no sepamos lo básico y la información desaparezca de nuestras cabezas, sino porque la RAE se actualiza, y no somos perfectos, nos surgen dudas y eso está bien. Pretender que soy perfecta y que nada se me escapa es realmente agotador. Ese viernes me di cuenta de que no quiero vivir con la necesidad de ser aceptada.

Siguiendo con el orden de la clase, después de la exposición hablamos más a fondo sobre lo que significa escribir. Eso me remite a una de las bitácoras que se leyeron dentro del ritual, ya que mencionaba la importancia de conocer nuestra forma de escribir y conocer el lenguaje. Yo sé que escribir no es lo mismo que hablar, más allá de lo formal, lo coloquial y las diferentes expresiones que pueden aparecer, creo que la diferencia radica en su significado. Respeto lo oral, pero escribir es dejar huella, es darle nombre a eso extraño que siento en mi corazón, darle rienda suelta a mi imaginación, conectar con otras personas, amar…

No seamos cursis. Sebastián dijo que una cosa es escribir y otra cosa es redactar. Yo lo creo cierto. Por ejemplo, en los talleres de escritura creativa es común dejar la etapa de corrección para el final, primero dejan que todo fluya y después sí se genera una lectura pensando en la redacción. Es que son procesos mentales diferentes. Se necesita de una buena lectura para detectar eso que no cuadra dentro de la redacción, además, hay que pensar muy bien el uso de las palabras. Lo bueno es que de todo se puede aprender. La redacción es un camino a recorrer y hay mucho por conocer.

En suma, la escritura académica es un mundo diferente. Para recorrer mundos necesitamos pasar por el camino de la redacción y estar constantemente aprendiendo. Con eso dicho, mi posición hacia ese tipo de escritura es de total respeto y admiración, sin embargo, no soy amante de ella. A mí me más gusta tener la libertad para decir que mi esfero tiene una crisis existencial y que por eso no escribe más. Aunque, si soy honesta, disfrutaré de escribir desde cualquier punto… solo si mis palabras son para bien.

Quiero compartir con ustedes un fragmento del ensayo Leer, del Diccionario Filosófico de Fernando Savater. Lo tuve en mente (a Fernando) durante el final de la clase, sobre todo porque recordé lo que pueden hacer nuestras palabras, el poder que tiene publicarlas, y que de nada sirve la vacua palabrería.

Yo soy de los que creen que todo libro es, a su modo, mágico; aún más, considero que en el ya antiguo rito de la lectura siempre hay algo de conjuro y brujería. Y también estoy seguro de la victoria a largo plazo de los libros sobre cualquier otro tipo de armas, porque allí se encierran los materiales más explosivos que el hombre puede fabricar. Explosivos para destruir ciudades o para hacer túneles que nos lleven a la luz. En todo caso, un poder terrible (Savater, 1995, p. 202).

Yo quiero usar el lenguaje para mostrar la bondad del mundo en el que creo, que mis palabras exploten de amor y sean como un faro de luz.

Referencias

Savater, F. (1995). Leer, Diccionario Filosófico. Barcelona: Editorial Planeta.


-Valentina Sandoval Pineda

Semana 16

  12/11/2021 ¿El final? No puedo no escribir. Menos cuando esto ha significado tanto para mí y me cuesta despedirme. Aún no puedo creer ...