jueves, 14 de octubre de 2021

Semana 11

 08/10/2021

Sobre las palabras

Hay personas que ya no se sienten emocionadas por escribir bitácoras, los entiendo. Yo sigo escribiendo sin saber muy bien por qué, lo que sí tengo claro es que ya no pienso tanto en la clase, en las citas que voy a poner o en que me vayan a leer. Creo que se trata más de mi mundo interno, lo que sucede en mi cabeza todos los viernes de once a una. Por eso no escribo aquí de manera académica, porque mi discurso real no sabe de seriedad. Solo soy yo escribiendo de la manera más transparente que puedo.

Como estoy siendo honesta, debo confesar que me asustó un poco todo el asunto con los resúmenes. Ver una corrección en vivo y en directo me llevó a pensar en lo que yo hice, creo que no es 100 % bueno, mis títulos no ayudan mucho que digamos, y creo que las palabras clave tampoco fueron las mejores (en mi defensa, las pensé mejor que en el colegio); creo que, a grandes rasgos, no estuvo mal. Ya veremos. Ojalá no me lleve una decepción, así como en el colegio con Matemáticas o como en Investigación de Mercados… este semestre (aunque tengo grandes desacuerdos al respecto).

De la clase (entre las explicaciones de los expositores y el profe) aprendí más sobre la escritura académica. Creo que lo que más me marcó fue reconocer que sí tiene relevancia y un propósito. Yo sé, suena evidente, pero no lo había pensado. Resulta relevante por la comunicación de ideas sobre un tema especializado; es como un tutorial de YouTube, ya saben, los hay de todos los temas. El propósito de la escritura académica es honorable, bueno e importante, ¿cuánto hemos aprendido de lo que se ha publicado?

Entonces, en esta clase hablamos de transiciones, cadenas de sustantivos, tono, contradicciones, coloquialismos, jerga, antropomorfismos, tiempos verbales, humor, condiciones entre sujeto y verbo, editorial nosotros y estrategias para mejorar la escritura. Todo encaminado en la parte académica de lo escrito. La verdad, es bastante información. No es complicada, sin embargo, para eso están los manuales. Como ya lo he expresado anteriormente, no se trata de vivir en piloto automático. Siempre hay oportunidades para consultar, equivocarse y aprender. Eso me gusta. También lo mencionamos en clase de Corrección, no porque no sepamos lo básico y la información desaparezca de nuestras cabezas, sino porque la RAE se actualiza, y no somos perfectos, nos surgen dudas y eso está bien. Pretender que soy perfecta y que nada se me escapa es realmente agotador. Ese viernes me di cuenta de que no quiero vivir con la necesidad de ser aceptada.

Siguiendo con el orden de la clase, después de la exposición hablamos más a fondo sobre lo que significa escribir. Eso me remite a una de las bitácoras que se leyeron dentro del ritual, ya que mencionaba la importancia de conocer nuestra forma de escribir y conocer el lenguaje. Yo sé que escribir no es lo mismo que hablar, más allá de lo formal, lo coloquial y las diferentes expresiones que pueden aparecer, creo que la diferencia radica en su significado. Respeto lo oral, pero escribir es dejar huella, es darle nombre a eso extraño que siento en mi corazón, darle rienda suelta a mi imaginación, conectar con otras personas, amar…

No seamos cursis. Sebastián dijo que una cosa es escribir y otra cosa es redactar. Yo lo creo cierto. Por ejemplo, en los talleres de escritura creativa es común dejar la etapa de corrección para el final, primero dejan que todo fluya y después sí se genera una lectura pensando en la redacción. Es que son procesos mentales diferentes. Se necesita de una buena lectura para detectar eso que no cuadra dentro de la redacción, además, hay que pensar muy bien el uso de las palabras. Lo bueno es que de todo se puede aprender. La redacción es un camino a recorrer y hay mucho por conocer.

En suma, la escritura académica es un mundo diferente. Para recorrer mundos necesitamos pasar por el camino de la redacción y estar constantemente aprendiendo. Con eso dicho, mi posición hacia ese tipo de escritura es de total respeto y admiración, sin embargo, no soy amante de ella. A mí me más gusta tener la libertad para decir que mi esfero tiene una crisis existencial y que por eso no escribe más. Aunque, si soy honesta, disfrutaré de escribir desde cualquier punto… solo si mis palabras son para bien.

Quiero compartir con ustedes un fragmento del ensayo Leer, del Diccionario Filosófico de Fernando Savater. Lo tuve en mente (a Fernando) durante el final de la clase, sobre todo porque recordé lo que pueden hacer nuestras palabras, el poder que tiene publicarlas, y que de nada sirve la vacua palabrería.

Yo soy de los que creen que todo libro es, a su modo, mágico; aún más, considero que en el ya antiguo rito de la lectura siempre hay algo de conjuro y brujería. Y también estoy seguro de la victoria a largo plazo de los libros sobre cualquier otro tipo de armas, porque allí se encierran los materiales más explosivos que el hombre puede fabricar. Explosivos para destruir ciudades o para hacer túneles que nos lleven a la luz. En todo caso, un poder terrible (Savater, 1995, p. 202).

Yo quiero usar el lenguaje para mostrar la bondad del mundo en el que creo, que mis palabras exploten de amor y sean como un faro de luz.

Referencias

Savater, F. (1995). Leer, Diccionario Filosófico. Barcelona: Editorial Planeta.


-Valentina Sandoval Pineda

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Semana 16

  12/11/2021 ¿El final? No puedo no escribir. Menos cuando esto ha significado tanto para mí y me cuesta despedirme. Aún no puedo creer ...