jueves, 12 de agosto de 2021

Semana 3

 

06/08/2021

Desde afuera

Primer viernes de agosto. Me desperté mucho antes de que la alarma sonora y como las malas noticias –si se quiere pensar que son malas– caen como un balde de agua fría, ya no pude dormir. Mi cabeza se llenó de pensamientos y entre esos esta bitácora, sobre todo el momento en que empezara a escribirla. Recordé lo que hablamos sobre la cultura de registro y me pregunté si era necesario tener información sobre todo lo que sucede, incluso lo que no quieres recordar. La respuesta me llegó de inmediato, claro que sí, de nada sirve olvidar. Además, fuera del contexto personal, no sería nada bueno tener vacíos entre la historia y toda la gestión que podemos hacer con la información.

Si soy honesta, cada vez me impresiona más lo distinta que percibimos la clase y las diferentes cosas que suceden en nuestro entorno mientas nosotros nos conectamos a aprender. Hoy escribo esta bitácora desde mi distracción y con ayuda de la grabación de la clase.

Como ya se está haciendo costumbre, Sebastián nos empezó a saludar y desde su genuino interés por nosotros nos hizo algunas preguntas. El siguiente punto de la clase fue directo a la lectura de bitácoras, que también trajo un fuerte llamado de atención. Al principio no muchos estábamos animados con compartir nuestras palabras, yo no tengo mucho que decir al respecto por la lluvia de pensamientos que tenía en ese momento. Sebastián nos recordó la carrera que estamos estudiando, nada más y nada menos que Comunicación, así que no debe ser problema el comunicarnos, mostrar nuestras ideas y lo que escribimos. Creo que para mí no significa un problema, aunque no puedo negar que siempre hay una emoción nerviosa cuando se trata de mostrar lo que hay en mi cabeza. Supongo que es normal, qué aburrido sería todo si me dejara de sentir así. Es como si un cantante ya no sintiera mariposas al salir a dar un show. Creo que no es gracia si no se remueve todo en tu interior al hacer lo que amas.

Volviendo a la clase, Astrid se lanzó con valentía y compartió su bitácora, después le tocó el turno a Juan Sebastián como regalo de cumpleaños. De la lectura, como siempre, salió una reflexión importante, ¿en qué nivel estamos escribiendo? Eso me recordó al colegio, pues casi siempre en las EPA (Evaluación Periódica Acumulativa) hacían preguntas desde lo literal, lo inferencial y lo intertextual. Es curioso volver a eso, porque nos lo repitieron muchas veces, pero creo que en general, nunca nos hicieron pensar desde qué nivel estábamos produciendo. Entre todos se construyó el concepto de los niveles: el literal, aquel que muestra lo explícito, que se conecta con la capacidad de observación y la memoria; el inferencial se refiere a lo implícito, a la interpretación, la suposición y las conclusiones a las que uno mismo puede llegar; el nivel intertextual es donde existe la capacidad de relacionar textos y hallar patrones dentro de la información. Después de poner varios ejemplos para entender esos tres niveles, Sebastián nos habló del nivel más top y retador, el analítico, que se encarga de ser crítico, formular nuevas preguntas, tener coraje y valentía para proponer un diálogo nuevo. Sí, es todo un reto, aunque ahora que somos más conscientes de esto, creo que será más fácil ponerlo en práctica. Que no solo se ejercite el músculo de la escritura, también el músculo crítico. Como dijo Sebastián, las mejores cosas en la vida las aprendemos solitos y la mejor disciplina es la autoimpuesta, además, estamos aquí para aprender a aprender.

Como todo –o casi todo– se entiende mejor con ejemplos, el profe nos mostró un video llamado Cómo discutir sin dar vergüenza. Allí se muestra una entrevista en donde la entrevistadora presupone muchas cosas para hacer quedar mal a Jordan Peterson, el entrevistado; nos intentan enseñar diferentes estrategias para darnos a entender, defender nuestra posición y mantener la calma al hacerlo. Algo que llamó mucho mi atención es que una de las estrategias para responder bien es la buena postura, de inmediato me transportó al 2018 cuando con unas amigas habíamos pedido asesoría de entrevistas en la Javeriana, el profesor que nos acompañó nos habló de la buena postura porque respiramos mejor y así pensamos con más agilidad. Del video el profe hizo preguntas desde los diferentes niveles para que nosotros pudiéramos identificar mejor los conceptos, fuimos desde preguntas como lo que más nos llamó la atención, nuestra deducción sobre alguna frase y el propósito del video.

Creo que para ese punto de la clase muchas cosas rondaban por la cabeza de cada uno de nosotros, así que Sebastián empezó a cerrar el tema. Nos pidió compartir qué nos llevamos y qué sentimos; ese viernes yo sentí de todo, pera nada tiene que ver con la clase. Después de ver la grabación puedo decir que me llevo la importancia de los niveles y me impactó que resultan un poco poéticos, me refiero a lo que estos evocan, por ejemplo, el literal nos lleva a recordar, el inferencial hace que nuestra mente vuele entre conexiones, el intertextual nos conecta para no olvidar y el crítico nos da valentía de ir más allá (como Elsa de Frozen ja, ja, ja) y nos permite conversar con el autor. Aunque suene demasiado clichesudo, me sentí agradecida por la tecnología tan avanzada como para permitir grabar la clase, y con el profe, pues sigue buscando romper el hielo entre nosotros para crear un espacio seguro de aprendizaje. Ya veremos lo que trae la nueva semana.

- Valentina Sandoval Pineda

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